A nosotros nos tocó emigrar dos veces. Dentro de nuestro accidentado proceso de emigración, que primero fue a Orlando, USA y luego a España -que es en donde estamos ahora- hemos pasado por momentos buenos, raros, malos, sorprendentes, decepcionantes, felices … y aprendimos mucho.

Una de las cosas «raras» que nos tocaron, fue superar el huracán Irma, viviendo en Orlando,  uno de los más grandes del Atlántico, que además, nos sirvió para ver cómo se previenen  situaciones de emergencia en un país desarrollado. Pudimos comprobar, con admiración, cómo la organización y el respeto por las reglas ayudan a que todo sea más fácil. Por ejemplo, declarada casi un mes antes la emergencia nacional en el Estado de la Florida, la población -además de autoevacuarse- iba a los supermercados a proveerse de agua, alimentos no perecederos, pilas, cargar, combustible, etc. Nadie sabía la magnitud a la que llegaría el huracán ni qué tan devastadores sus efectos serían. De tal manera que todos fuimos a abastecernos previendo cortes de luz, caída de árboles, inundaciones, rotura de vidrios, etc.

Al llegar a los supermercados, más de una vez, en las las góndolas ya no había agua envasada, o leche de cartón, o pilas. Sin embargo, al preguntar la contestación siempre era «el palet  de reposición llega mañana a las 8hs», y efectivamente al día siguiente a las 8 de la mañana estaba el  palet lleno de aguas o linternas o latas de comida. Sin desmanes, sin saqueos, sin violencias.  Claro, además para esto era necesaria la colaboración de otros Estados, y se veían las caravanas de cientos de camiones abasteciendo a la Florida. La gente siguiendo las indicaciones de las autoridades, tanto en la calle como en las oficinas. Además estaba fresco el recuerdo y aún sin superar del huracán Harvey que devastó Texas unas semanas antes. Los condados repartían bolsas de arena gratis para poner en las puertas y evitar que las casas se inunden.

Los voluntarios de cada condado, es decir personas que trabajan duramente sin cobrar, fueron entrenados en pocos días para atender llamados de emergencia o resolver situaciones y durmieron toda la semana en tiendas de campaña. Mi vecina, Diane, a quien habíamos conocido muy pocos días antes,  fue una de ellas y se contactó amablemente con nosotros para ver si todo estaba bien.

El huracán llegó a Orlando de noche, lo cual agregó más tensión, porque seguramente que en algún momento la luz se cortaría.

Yo solo esperaba poder tener wifi, ya que también las autoridades se habían ocupado de mantener a la población informada por todas las vías posibles. Quizás llegara la «mandatory evacuation» (evacuación obligatoria) o un «tornado alert in your area, seek shelter immediately» (alerta de tornado en su área, busque refugio inmediatamente) cosa que sucedió, o «curfew»,  toque de queda con la aclaración de que si salís en ese momento nadie se hará cargo de lo que te suceda.

Muy recordado es por nuestra familia, el ruido ensordecedor del huracán Irma, porque no es solo vientito, sino además lluvia bajando a la velocidad del viento, más rayos, y distintos colores de nubes, ráfagas interminables que parecían explosiones, ruidos sordos, ruidos de cosas grandes volando y chocando contra otras…a pesar de que bajó de categoría 4 a 2, los vientos de 160km por hora no nos hicieron pasar una noche fácil. Sobre todo si vivís en una casa, no departamento (como la mayoría de las personas en Orlando).

A la mañana siguiente, y aún con viento,  todo el vecindario salió a ver cómo había quedado todo. Por suerte, nuestro barrio resistió, no se inundó pero sí cayeron añosos árboles y enormes ramas cortaban los caminos y las calles,  quedaron carteles colgando, rotura de techos y no hubo luz por dos días. Para Septiembre en Orlando, no sólo hace mucho calor sino que llueve todos los días, y aquellos a quienes se les arruinó el techo debieron poner plásticos o algo que tape ya que las lluvias son torrenciales e inundaban las casas, pero desde adentro.

Y allí comenzó el otro problema, también -creo yo- con un sistema organizado para evitar pagar a toda costa, el de los seguros.

No crean que por ser Estados Unidos «todo» funciona,  las compañias se aprovechan lo más que pueden de la ingenuidad o falta de conocimientos y si bien siempre hay papeles firmados, hecha la ley hecha la trampa. Así, miles de ciudadanos americanos que viven en la Florida aún hoy no pudieron cobrar su seguro (que siempre fue pagado puntualmente) y hay una enorme catarata de juicios millonarios  contra las aseguradoras. Las más inverosimiles excusas y detalles ridículos son esgrimidos por dichas compañías, los más frecuentes son que la casa no estaba asegurada contra huracán, que esa es una póliza diferente.

En fin. Nosotros no la pasamos tan mal con el huracán Irma, jugamos al tutti fruti , miramos TV hasta el último momento (incluso cuando un periodista argentino, no muy preparado, exclamó desde Miami: «Atención, atención, ahí vemos como cae una hoja de palmera!»)

A nosotros nos afectó un huracán mucho peor que fue el engaño de un grupo de abogados para conseguir la visa y además la desidia de los funcionarios consulares de Estados Unidos que cajonearon nuestra petición, hasta que se vencieron los tiempos. Un par de meses después nos vimos forzados a hacer las valijas y volver a Buenos Aires.

Asi que de Irma nos queda la agridulce experiencia de saber que cuando quiere,  el hombre tiene la capacidad de ayudar, lidiar y prevenir todo tipo de fenómenos, y cuando no, puede arruinar la vida y cercenar los proyectos de familias enteras.

Ruth Percowicz
Ruth Percowicz

Mi nombre es Ruth y soy de Buenos Aires.  Trabajé como periodista en revistas y radios.  Siempre me gustó explorar, viajar, conocer lugares nuevos,  investigar. Luego de recorrer varios países y vivir un año en Estados Unidos, elegí instalarme en Fuengirola (Málaga).

Desde hace muchos años me dedico a la enseñanza y consultoría psicológica junguiana, actividad que ahora continúo haciendo tratando de contener a aquellos que desean emigrar o que hayan tenido experiencias fallidas en su proceso. Mi participación en este blog, además de generar contenido noticioso, intenta expresar mis vivencias que podrían ayudar o aliviar situaciones que se presentan antes, durante y después del proceso migratorio. Y todavía hay tanto por contar!

Podés concocer más de mi en mi blog personal.

Quieres conocer más historias de argentinos en el exterior?

Suscríbete a nuestra newsletter

  • Este campo es un campo de validación y debe quedar sin cambios.

Por |2019-03-08T12:53:56+00:008.9.2018|Categorías: Recién llegados|Etiquetas: , |