Mi nombre es Vanesa, y hoy voy a contarles lo complicado, doloroso y maravilloso que puede ser emigrar en familia, según nuestra propia experiencia. Somos una familia normal que, al igual que la gran mayoría de los argentinos, creo, nos tuvimos que enfrentar a la encrucijada de cómo sobrevivir y llegar a fin de mes.

Allá por junio de 2018, mi marido se quedó sin trabajo por apostar a un cambio para mejor que finalmente no resultó, con la ciudadanía italiana casi por salir en Argentina, un contrato de alquiler al borde de terminar, y yo trabajando en una empresa que había entrado en convocatoria. Entonces decidimos que nuestro destino debía estar en otro lado porque el panorama no era bueno.

Nada fue fácil

Asi que pensamos… ¿por qué no tramitar mi ciudadanía italiana allá, y con papeles en mano, buscar un futuro mejor? A partir de ese momento nada fue fácil:  él viajó un mes antes para tantear el panorama… mientras Argentina entró en un baile del dólar que daba miedo;  una vez más, yo me quedé vaciando una casa, cerrando documentos,  y desarmando y rearmando una vida en una valija junto a mi hija y sus juguetes.

Dolor de padre número 1: ¿Cómo explicarle a un chico que debe desprenderse de todo su mundo? Es muy duro y quienes deciden mover a su familia pasan por un  proceso doloroso, con  explicaciones que faltan a la hora de comprender que todo este cambio es por un futuro mejor. Mi consejo es siempre decir la verdad, hablar y explicar de la forma más simple, nuestros hijos  son más sabios y comprensivos de lo que imaginamos.

Emigrar en familiaMientras tanto las cosas en Italia no iban bien, mi marido no encontraba ni casa ni trabajo… tuvo suerte de hallar gente muy buena que lo ayudaba, no solo en la búsqueda, sino en esto de estar separado de su familia, sin hablar el idioma y sin tener a ningún conocido donde refugiarse. Nunca voy a olvidar nuestras charlas a cualquier hora, llorando, por lo solos que nos sentíamos y la incertidumbre que nos rodeaba cada vez más profunda de si era la decisión correcta o no.

Después de recorrer Roma de punta a punta sin suerte, se subió a un tren con destino al sur, Catania … era eso o volverse a Argentina en donde ya no teníamos ni casa ni trabajo. Logró conseguir alquiler y finalmente viajamos con mi hija el 4 de Octubre.

Presentamos los papeles, ella comenzó el jardín y entonces  sí… a buscar trabajo! La fortuna no quería estar de nuestro lado, pasamos casi 3 meses buscando todos los días, caminando por todas las calles y dejando el  CV en cada bar que encontramos… no hubo forma. Los papeles no salían y la plata se acababa, diciembre se asomaba y las fiestas nos golpeaban el corazón, sin plata, lejos de la familia y nuestro matrimonio en crisis: él se quería volver y yo no podía o no quería renunciar a este paso tan grande que con tanto esfuerzo habíamos logrado.

Esta aventura nos puso a prueba más de una vez, y con frecuencia pensé  que me iba a costar mi familia, porque a nosotros  la distancia nos potenció las asperezas y  la paciencia, aprendí que el desarraigo es muy personal por más que se este acompañado. Unos dias antes de las fiestas nos quedamos sin dinero  y sin alquiler,  y con una  desesperación a flor de piel.

Dolor de padre 2: Pensar que mi hija no iba a tener una Navidad… no es algo crucial en la vida, lo sé, pero créanme que nunca pensé que no iba a tener plata ni para comprar una cena decente o un regalo por mas míinimo que fuese; y siempre se aprende algo nuevo,  los niños ven las cosas simples y los grandes las complicamos… ella a pesar de todo siempre estaba feliz porque estábamos juntos.

Dios aprieta pero no ahorca

Entonces la vida nos sorprendió, Dios aprieta pero no ahorca… un señor que habíamos pegado onda buscando trabajo en un bar, casado con una argentina, nos ofreció hospedarnos hasta que nos salieran los papeles fue un alivio entre tanta tempestad, ahí nos fuimos nuevamente, esta vez un pueblo en las afueras, Santa Tecla.

El 24 de diciembre comencé a trabajar como diseñadora gráfica en un taller, en donde me pagaban una parte del sueldo con casa y comida… finalmente nos habíamos salvado, el 2 de enero me confirman que mis papeles habían salido, y ahí si entre llantos y alegría pensamos «listo tenemos papeles, casa, y trabajo».

Pero no fue así… el taller a los 15 dias cerró porque les hicieron una denuncia y lo clausuraron… volvimos mil pasos para atrás, sin casa y sin trabajo de nuevo.

Otra vez contemplamos la idea de volvernos.

Había algo que no quería que dejáramos Italia, ya que mientras tratábamos de resolver qué hacer recibimos un llamado de otro argentino que sabía de nuestra historia ofreciéndonos trabajo cerca de Milán en un hotel… así que armamos por cuarta vez nuestras valijas y partimos.

Siempre juntos

Emigrar en familia

Hoy mi marido tiene trabajo, vivimos en una habitación y mi hija comenzó por tercera vez el jardín. Todavía nos falta mucho por llegar «al futuro mejor» que vinimos a buscar, no es fácil pero se puede, si logramos vivir tranquilos sin inseguridad y con la estabilidad en el bolsillo.

¿Recomiendo emigrar en familia? Si, siempre que estén dispuestos y conscientes de que todo puede pasar,  y que lo más importante es transitarlo juntos;  llorar, enojarse, sufrir la distancia TODO,  pero siempre juntos y permitiéndose sentir que si esto también fracasa siempre se puede volver, lo que vale es el camino transitado y la lección aprendida.

En lo personal crecí mucho, conocí a mi marido y a mi hija desde una nueva perspectiva, nos unió, nos enseñó a valorar lo más básico, tener un techo donde dormir y un plato de comida. Tal vez no sea la vivencia que uno sueña con darle a sus hijos pero sí siento que es una experiencia única y una historia que nos acompañará por siempre, y que además  no termina acá, creo que recién comienza y que lo mejor esta por venir.

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Fausto Wenedikter
Fausto Wenedikter

Hola! Mi nombre es Fausto, oriundo de Marcos Paz, Buenos Aires. Actualmente viviendo con mi familia en Málaga, Rincón de la Victoria. Soy Odontólogo, que es a lo que le he dedicado gran parte de mi vida, previamente haber tenido casi 3 años de experiencia como cocinero.

Mi aventura de emigrado comenzó en septiembre del 2018, cuando partimos a Italia a realizar la ciudadanía, luego de 3 meses vinimos a radicarnos a España.

Colaboro en este blog en la difusión de redes sociales, mientras que con mi mujer estamos desarrolando un proyecto de cosmética natural, balsamica.es

Comencé a introducirme en el mundo del marketing digital, web y redes sociales buscando nuevos horizontes. Para mi la vida es una aventura y estoy en constante búsqueda de un camino que me permita realizar mis sueños.

Gracias por leer estas lineas sobre mí, ya te contaré aún más.

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Por |2019-05-09T08:17:34+00:0018.4.2019|Categorías: Recién llegados|Etiquetas: , , |