Entre las cosas que para mí se fueron ordenando, para llevar a cabo el proceso migratorio junto a mi familia, el primer lugar siempre lo ocuparon los papeles: obviamente, la documentación que permite permanecer bajo el estado de derecho, haría que todo sea mas fácil, rápido (y además, legal), ante cualquier circunstancia, positiva o negativa; recordemos que ya no es como hace décadas atrás, cuando las poblaciones se desplazaban e ingresaban a un país y eventualmente «veían» o probaban a ver si conseguían trabajo o simplemente se quedaban y disfrutaban de los beneficios de un estado que -sin importar su condición- los amparaba igual (esto sigue siendo así, en algunos países de latinoamérica).
Los tipos de visas para distintos países ahora tienen detalles que antes ni figuraban, las solicitudes que se acumulan en los escritorios de los funcionarios de inmigración pueden llegar a estar años allí, sin ser revisadas; los errores de tipeo en un formulario pueden arruinar la vida de más de una familia.
Los papeles y permisos bien confeccionados, con tiempo y seriedad muchas veces pueden ser la garantía, el pasaje, para una emigración y asentamiento feliz. Un consejo importante es hacer copias o escanear todos los formularios y papeles, de tal manera que si se arruinan o pierden, quede registro.
Nada más burocrático y engorroso que los papeles que deben presentarse a la hora de solicitar visas, permisos, documentos, renovaciones.
Para solicitar la visa seguramente que siempre habrá algún formulario que rellenar o firmar.
En el caso de que te veas forzado a contratar un abogado de inmigración debes leer con detenimiento cada formulario que te haga firmar prestando atención ANTES de firmar como con cualquier papel. Si no entendés lo que estás firmando, pedile ayuda al mismo abogado, o a alguien que sepa traducir esos documentos.
Jamás firmes hasta no estar seguro. Y además le solicitás al abogado copia de cada formulario, pedido que deberás seguir hasta que haga efectiva entrega de los mismos.
Si elegís evitar abogados, entonces el llenado de formularios es tu responsabilidad. Tené en cuenta que hay países que rechazan visas por poner una coma fuera de lugar y otros que obran con más sentido común si hay errores ortográficos o escribiste debajo de la línea porque no te alcanzó el renglón.
Conviene bajar los formularios del sitio web oficial de cada Embajada o Consulado a menos que te den los originales en esos organismos.
NUNCA te fies de los grupos de Facebook que si bien en algunos casos son de gran ayuda en otros no hacen más que confundir.
Siempre el Consulado o Embajada es quien oficialmente te dirá cuáles son los formularios a presentar para tu caso particular, ya que cada caso es diferente.
Es bueno que imprimas formularios demás para tener por las dudas, además de llenar con letra prolija y diciendo la verdad. Si tienes dudas, Internet será una fuente maravillosa de consulta e información, en donde en las mismas páginas de los Consulados encontrarás ayuda.
De lo contrario (y siempre dependiendo de qué Consulado se trate) conviene ir personalmente con un listado de preguntas concretas y con el propio formulario y preguntar. Muchas veces los formularios son solicitados por duplicado, asegurate de tenerlos bien organizados y si son varios que solicitan la visa, como una familia por ejemplo, es importante tener separados los documentos a presentar por cada uno, quizás en folios o sencillas carpetas para que cuando llegue el momento de la entrevista no sea un traspapeleo infernal.
Y la pregunta fundamental: ¿Cuánto tarda? ¿Cómo me entero que el documento y/o la visa están listos? Imprescindible información para ir concretando la primera parte del proceso migratorio y que conviene agendar.
Puede pasar que los documentos no estén listos para la fecha prometida, en ese caso vas personalmente al organismo que corresponda con el recibo que te entregaron y no solo reclamás sino que además «te quejás». Ya bastante stress agregado tenemos con este tema como para que los funcionarios e instituciones no cumplan con lo que prometen.
Siempre acordate de chequear que hayan anotado bien todos tus datos, incluso tu e-mail (te sugiero que saques uno nuevo y fácil de decir, que sea exclusivo para esto), de tal manera que no haya excusas para las demoras en la entrega de la documentación.
Una vez que te entregan documentos, mi sugerencia es, sacale una o dos copias además de escanearlo. Siempre conviene tener a mano, en el celular escaneados todos los documentos.
Nunca sabemos con qué o quién nos podemos topar en el país al que emigramos, y hay situaciones en las que cada «papelito» cuenta.
Ya encaminado el papeleo, lo segundo más importante fue … el dinero!
Este abrepuertas es indipensable. La verdad es que nosotros ahorramos, durante años y nos privamos, y achicamos y no salimos ni gastamos salvo en lo estrictamente indispensable, además de vender todo, «hasta la última cucharita» para hacernos de un capital, con tal de salir de un país que nos estaba ahogando.
El dinero sería un pilar indispensable para resolver todo tipo de situaciones y claro, cuanto más dinero se tenga mejor, es lo que diría cualquiera, pero hoy en día, quien tiene «mucho» dinero puede ser considerado sospechoso de terrorismo o narcotráfico. Por lo general, se puede viajar con 10 mil dólares en efectivo por persona, y 5 mil los menores, lo cual alcanzaría por lo menos para los primeros meses de recién llegado.
Las transferencias entre cuentas a distintos países suelen estar reguladas, además de que se cobran comisiones sumado a la conversión de la moneda del país de destino, más la solicitud por parte de las instituciones bancarias de la justificación del origen del dinero. En este sentido, sorpresivamente, quienes más dinero tienen son los que menos problemas tienen con los bancos. Los países con mediocres economías y jurisprudencias son los que más requisitos imponen a la hora de transferir dinero.
Y algo más, que yo nunca tuve, sino que se fueron generando con el tiempo son los contactos; el pilar que nos puede ayudar a conseguir un trabajo, el médico recomendado, la integración en un grupo social o deportivo, el puente entre el pasado y la nueva vida.
A veces es suficiente «UN» buen contacto, a veces se necesitan docenas. Otras veces se piensa que determinado contacto nos ayudará y cuando llegamos a destino o necesitamos su ayuda, éste desaparece, o por el contrario, aparecen nuevos y mucho más comprometidos y puntuales para lo que necesitamos.
En este caso, quedarse adentro de la casa no sirve. Los contactos virtuales tampoco. Hay que salir a la calle, hablar con gente, relacionarse, y despacito construir esa famosa red que nos facilitará -al tiempo- la adaptación.
Aparte no puedo dejar de mencionar a las redes sociales; mucho cuidado con confiarse y considerar que esos son genuinos contactos o que nos están dando la información correcta.
Muchas veces nos encontramos con que nuestros supuestos «amigos» o «conocidos» con quienes nosotros creíamos estar cultivando una amistad, estaban cultivando un negocio; el cual una vez desenmascarado puede dejarnos, además de dolidos, desamparados.
Mucho cuidado con creerse todo lo que dicen en las redes sociales y en particular, con los consejos y entusiasmos de emigrar en forma ilegal.
Cada caso es diferente, las leyes cambian aproximadamente cada 3 meses y es distinto para cada país. Eso de «vení que todo va a estar bien…», «yo te recomiendo que pruebes…», «llegas y canjeas el carnet de conducir…»son enunciaciones simples basadas en fantasías o experiencias personales que pueden tener graves consecuencias.
Siempre será mejor valerse de información oficial y andar con pie de plomo.
En el presente, para mí, con las ganas y la fe no alcanza, y las decisiones serias no pueden estar basadas en la esperanza. El futuro de una persona o una familia en un contexto que podría llegar a resultar adverso es una amenaza e incertidumbre agregada al estresazo de este proceso.
Tener en orden estas tres cosas me ayudó a salir y entrar con la certeza y energía necesaria para hilvanar una posibilidad de futuro.
Mi nombre es Ruth y soy de Buenos Aires. Trabajé como periodista en revistas y radios. Siempre me gustó explorar, viajar, conocer lugares nuevos, investigar. Luego de recorrer varios países y vivir un año en Estados Unidos, elegí instalarme en Fuengirola (Málaga).
Desde hace muchos años me dedico a la enseñanza y consultoría psicológica junguiana, actividad que ahora continúo haciendo tratando de contener a aquellos que desean emigrar o que hayan tenido experiencias fallidas en su proceso. Mi participación en este blog, además de generar contenido noticioso, intenta expresar mis vivencias que podrían ayudar o aliviar situaciones que se presentan antes, durante y después del proceso migratorio. Y todavía hay tanto por contar!
Podés concocer más de mi en mi blog personal.

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Perdón, soy nueva en el blog. Si bien Fernando hizo su aporte, mi comentario iba destinado a Ruth, la autora de la publicación.
Imperdible tu comentario, Fernando. Ratifica lo que muchas veces he defendido como opinión aunque eso me haya significado la crítica de muchos. Un cordial saludo y mil gracias por tomarte el tiempo de publicarlo.
Gracias Ruth por tu aporte, estamos en proceso de «papeles», confiando en que cuanto mas prolijo y legal sea todo, mejores y mas tranquilos podremos evaluar la posibilidad de emigrar. saludos!
El éxito siempre es buscar la vía legal, ya que no existe otra forma de emigrar. Entiendo que en este tema, mucha gente opina y te dice ¨venite igual¨. Ante la desesperación uno comente errores, que a veces salen con suerte, pero para pensar en irte en Familia, donde encima hay nenes pequeños, es importantísimo buscar la vuelta legal. Gracias Ale por tu comentario, y espero que el blog les sirva 🙂